El rabo entre las piernas

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Explicar o justificar una obra de teatro no tiene sentido y menos aún si se trata de una comedia. El teatro habla por sí solo.

Lo que sí podemos hacer es contarles que estamos muy contentos porque logramos construir una comedia llena de magia, en la que todos los juegos se involucran argumentalmente con el desarrollo de la pieza y los conflictos de los personajes, incluido el público como un actor más del reparto. No tenemos noticia de algo semejante ocurrido con anterioridad.

Se nos olvidaron los chistes; no hay. Se nos refundieron igualmente las alusiones a la actualidad y la política y, además nos sobamos por qué se nos perdió definitivamente el doble sentido. Lo único que nos quedó fue un lenguaje pulcro para crear situaciones divertidas, con frecuencia más factibles que la misma realidad.

Si alguien se encuentra algo en el telón de fondo y se lo lleva, maravilloso. Nuestro objetivo y mayor alegría es que ustedes -toda la familia- se diviertan en grande de principio a fin.